DE CUANDO XIMENO E VALEROSA MESNADA CRUZARON LA MONTAÑA
Entrado frío ya enero,
acampado con su mesnada,
hallábase Don Ximeno,
a los pies del Collarada.
Ventisca de muchos nudos,
nieve dura,
faç helada,
e la montaña esperando,
para ser trasvesada.
Lobos negros abatidos,
cansados, sin esperança,
más el buen nombre de Ximeno,
valor e tesón los daba.
Mostrando pues estandarte,
a su noble e fiel mesnada,
tomaron de nuevo el rumbo,
ascendieron la montaña.
Alentados por Ximeno,
mientras estandarte portaba,
pasaron los Pirineos,
como sarrios la mesnada.