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 CRÓNICA DE LA MARATÓ - 2011

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Monfort

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MensajeTema: CRÓNICA DE LA MARATÓ - 2011   CRÓNICA DE LA MARATÓ - 2011 Icon_minitimeSáb Dic 17, 2011 11:52 pm

CRÓNICA GÉLIDA DE LAS JORNADAS QUE LA MESNADA FEUDORUM DOMINI PASSÓ EN LAS TIERRAS DEL CONDADO DE BARCELONA CON MOTIVO DE LA MARATÓ, DE LOS DESGRACIADOS SUCESSOS QUE ACONTESCIERON A SU ESCRIBANO ET DE CÓMO EL INVIERNO ES TRAIDOR QUANDO SE PRESENTA SIN AVISAR, CON CONSECUENCIAS FUNESTAS PARA LA SALUD DE QUIEN LO RESCIBE...

Contada, como es costumbre y tradición, por maese Enrique de Çaragoça, el qual non ha terminado de salir de la nevera en la que los fríos de Catalunya lo encerraron.

In nomine Patris, et Filii, et Spiritu Sancti per Christum Dominum Nostrum. Amen.

PRIMERA JORNADA

Extranyas sensaciones en el cuerpo et el alma son las que siente vuestro escribano a la hora de escribir aquesta chrónica, tercera de los Señores de los Fueros, pues aún colean en sus güesos los temblores et escalofríos causados por su mala cabeza et tal malestar se mezcla con el agradecimiento por los buenos momentos compartidos, por las muchas atenciones rescibidas et por la grata compañía de tantos buenos amigos como se encontraron en las campas de Vilafranca del Penedès, pedanía del comtat de Barchinona a la qual estábamos convocados por tercia vegada por nuestros siempre buenos amigos de la Companyía de Arqueros de la Flor de Lys para celebrar la Marató deste anyo de 1285. Pues habéis de saber, mis amados lectores, que ya es tradición para nosotros acudir a aqueste llamamiento aunque otros háyanlo olvidado Dios sabrá por qué causa. ¡Líbreme Él de juzgalla sin conocella!

Dezía, pues, que éramos convocados los Feudorum Domini a este acontescimiento, el qual -como es sabido- consiste en recaudar buenos dineros para la investigatio de diferentes enfermedades por los físicos, que a menudo disponen de mejores intenciones e ideas que de cuartos, desplegando ante el público nuestras dotes militares e civiles e pidiéndole por Amor de Dios dádivas monetarias para tan noble causa, que en aquesta ocasión tenía que ver con los trasplantes de órganos (¡Quiera el Señor que nunca los necesitemos!). Assí pues, llegado el día de Santa Leocadia, viernes 9 de diciembre, aparejamos nuestros arreos en la carreta de maese Pedro de Ahones et partimos tras algunos imponderables maese Assalit de Gúdal, el dicto Pedro de Ahones, don Pedro Maça, donna Graciela Turrión et yo mesmo, maese Enrique de Çaragoça hacia Vilafranca del Penedès passada media hora de vísperas, parando primero a alimentar los jumentos y a mercar lamines en un caravansar et trobando luego por el camino real que llaman “autopista” densa boira hasta la villa de l’Albi, que a juzgar por lo recio della debe seer donde Dios la fabrica, pues había momentos en que no se veía más allá de unos estadales por delante de nuestra montura, lo qual unido a la negrura de la noche fizo el viage quando menos peligroso. Mas es don Pero de Ahones experimentado guiador de carretas, de modo que llegamos a Vilafranca pocos minutos después de completas sin haber equivocado la senda más allá de un par de veces...

Descargados los enseres, habilitada nuestra pernocta e dexada la carreta en liugar apropiado, saludamos todos muy alegres a los amigos allí reunidos et que eran la hueste Arcoflis -anfitriona del evento, con maese Jaume Montull a la cabeza-, los siempre bienvenidos compañeros de ACHA -capitaneados por don Ximeno Marco de Celaya-, los arqueros (y arqueras) de Factio Exsul de donna Alda Squarz... bueno, de donna Alda, los villanos de la Milicia Concejil de Rioiia -representados por Ienego de Gamberos, su esposa donna María Abreu et su fijo (el del cuerno de Caspe, que a este paso morirá con ese recuerdo)- y los impresionantes señores vikingos del Clan Hávamál, adoradores de Odín con nombres tan fáciles de pronunciar como Jarl Angus Tjuren Faerigölasson et otros que ya non me atrevo a escrebir, mas muy gratos camaradas entre los quales (y para no perder la costumbre de mi lubricidad, hoy un poco mermada por lo que aluego se verá) había dos o tres mozas de las de toma pan y moja, especialmente una dellas, rubia de cabellos, que estaba para meterle de todo menos miedo (Dios y ella mesma me perdonen la inconveniencia). A todos aquestos se unió, pues, la hueste Feudorum Domini ya descripta, sumando entre todos tal vez una veintena larga entre los que vinieron el viernes et los que se añadieron poco a poco entre esa noche et la mañana del sábado.

Contadas las naves, por tanto, et saludados todos los presentes, esperamos a que los vikingos et los amigos de ACHA acabasen de montar sus pabellones en la campa et passamos a adereçar los enseres de unos et otros et a dialogar luego entre cervezas, zumos, vinos et otras bebidas sobre diferentes asuntos, pues era mucho el tiempo passado desde la última vez que nos encontrásemos, que a la hueste Arcoflis, por enxiemplo, non la saludábamos al menos desde lo de Teruel. Para non perder mi costumbre, apenas subido a mis habitaciones cambié mis ropas por las de un noble señor de la corte de don Jaime I, que además estrenaba para la occasión fermosísima capa de cuerdas de buen paño con ribete de seda e cinta entrelazada roja, cosida por las hábiles manos de donna Rocío Bruna con grande carinyo, por lo qual le estoy muy bien agradescido, acto que fizo ganar a alguien una apuesta que había fecho con don Jaume de Montull, jugándosela a que me cambiaría de ropas desde el primer momento de aquesta Marató, como assí fué. Llegóse deste modo la hora de la cena et sentámonos todos a la mesa para degustar una ensalada de pasta et unos canelones rellenos de algo que me atrevería a asegurar que era atún pero que estaban de muy buen gusto, et ya entonces conosció maese Pero Maça la risa de donna Aldara de Lacort (ese “¡aAH, jajajajajajaja! Wiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii” en bucle sin fin que tanto dolor de costado nos diese en lo de la torre de Obano de puras carcajadas) de tal modo que fue definida como “risa de Furby” o “politono” hasta el punto de que grabóla el muy carnuz con su móvil et púsola como tono de llamada, lo qual incitó más la risa de la arquera hasta contagiar a casi todos los presentes... A partir de lo qual tuvimos risa para rato.

Non pasó mucho tiempo desto quando nos diriximos poco a poco a nuestras cámaras, no sin antes mantener este vuestro escribano una agradable charla con donna Aldara de Lacort sobre distintos asuntos, tras lo qual retirámonos al descanso unos antes que otros. Et acá començaron ya mis tribulaciones, puesto que -a lo tonto- tras la cena había començado a sentir cierto dolor de muelas que non me abandonó en toda la noche, como los buenos desodorantes, el hideputa, sino que antes bien fue en aumento hasta fazerme ver las estrellas que en la primera edición de la Marató nos ocultasen las nubes, de tal modo que sorprendióme la luz del alba habiendo dormido apenas dos o tres horas salteadas cual champiñones et con la perspectiva de presidir un desfile a la hora de tercia vestido de obispo et con un tempero capaz de congelar una gamba. Con dolor de muelas, medio dormido et maldiciendo, salté del lecho -es un dezir- et busqué entre mis enseres unos calzones que ponerme mas, al no hallarlos, decidí vestir como prenda interior un pantalón muy suelto que me dexaba las vergüenzas muy bien aireadas, et sobrél las calzas atadas a un cinto, de modo que podía cantar bien alegre eso de: “¡Ay, cómo voy, con los güevos colganderos, modelo talibán, no me aprieta el pantalón!”

¡Non sabía la que me esperaba!

SEGUNDA JORNADA

Desayunamos a eso de una hora antes de tercia un café con lamines, tomé un barbitúrico para mi dolor de muelas et ya dispuestos poco a poco nos fuimos congregando los mesnaderos con nuestras mejores galas para acudir al desfile por las calles de Vilafranca, de modo que recorrimos las calles para juntarnos todos en un local de la villa et comenzar nuestra marcha, abierta por el estandarte de la Marató et los timbaleros de Arcoflis ante el obispo et seguidos por el resto de participantes. Obispo que non era otro que vuestro escribano componiendo aquesta vez una excelente figura de prelado fondón tocado con capiello y cubierto con saya, pellote y flamante capa de cuerdas, serio y circunspecto, repartiendo bendiciones de vez en cuando entre los gitanos que montaban sus tenderetes a esa hora de la mañana en las calles de Vilafranca et los clientes que los visitaban, preguntándonos de qué circo nos habíamos escapado. Portaba vuestro escribano un pergamino que había de leer ante las escaleras de la iglesia de la villa -regalo de maese Pero Maça, que anda últimamente muy en relaciones con la corte de Alfonso X de Castilla- y notaba poco a poco cómo el frío íbame penetrando en los güesos. A dezir de maese Ienego de Gamberos, el desfile equivocó el rumbo dos o tres vegadas hasta llegar al Concejo de la Villa, donde recogimos al señor concejal de festejos et junto a él dirixímonos a la iglesia do leí ante los presentes aqueste panegírico dedicado a la figura del rey Pedro III de Aragón:

In nomine Patris, et Filii, et Spiritu Sancti, amen.

Ciudadanos de la muy noble Vilafranca del Penedès:

Lloramos hoy la muerte de un gran rey al que la Divina Providencia quiso poner en sus manos el destino de nuestra Corona. Hijo de nuestro bienamado Jaume el Conqueridor y esposo de doña Constanza Hohenstauffen, legítima heredera del rey Manfredo de Sicilia, las turbulencias políticas de nuestro tiempo le llevaron a ser llamado por los propios sicilianos para ceñir la corona de la isla, iniciando así la expansión del reino por el Mare Nostrum. Heredero de un trono inestable, amenazado por la perfidia gala apoyada nada menos que por el Santo Padre desde Roma, Pere el Gran hubo de hacer frente a una invasión de sus territorios y se dispuso a acudir en ayuda de Sicilia por la fuerza de las armas, sembrando sus almogàvers el terror entre los caballeros y villanos franceses de Carlos de Anjou, que en este momento ocupan la isla sin derecho a hacerlo.

Dios Nuestro Señor dispuso la victoria de la flota catalana al mando de Roger de Lauria en Nicoreta. obligando al infame Carlos a refugiarse en sus territorios napolitanos. Como Cristo en Jerusalén el domingo de Ramos, entró triunfal nuestro rey en Palermo el 30 de agosto de 1282, aclamado por el pueblo sin necesidad de derramar una sola gota de sangre siciliana. Y por ello tuvo el buen en Pere que verse excomulgado por Martín IV, un papa acomodaticio, más atento a sus alianzas con Francia que a la Verdad y la Justicia, premiando su magnífica hazaña con su destronamiento como rey de Aragón, de Valencia y de Sicilia y como Conde de Barcelona, entregando cobardemente sus derechos al infausto Carlos de Valois e incitando a éste a invadir los territorios patrimoniales de su Corona...

Una vida de grandes hazañas, un rey llamado a llevar las fronteras de sus reinos y condados hasta el último rincón del Mediterráneo, que concedió al de Barcelona la constitución “Una vegada l´any” en las cortes celebradas en su ciudad entre 1283 y 1284... y al que Dios en su infinita Misericordia nos ha querido arrebatar, llamándolo a su diestra prematuramente, privándonos de su buen gobierno. Fue deseo del buen monarca, en honor a Catalunya, ser enterrado en el monasterio de Santes Creus, para que su cuerpo espere la resurrección de la carne en tierras catalanas, dándonos así motivo para nuestro último agradecimiento.

Inescrutables son los designios del Altísimo y es lógico no comprenderlos para los que quedamos en esta tierra llorando a nuestro señor. Ciutadans de Vilafranca: es llegado el momento, pues, de elevar nuestras plegarias por el eterno descanso del alma del rey en Pere, a quien la Historia conocerá por siempre como “EL GRAN” por sus propios méritos y gritar juntos, desde lo más profundo de nuestros corazones:

¡VISCA EL REI PERE “EL GRAN”!

¡VISCA CATALUNYA!


Discurso que fue muy aplaudido por todos et al que siguió la intervención del concejal de Vilafranca agradesciendo mucho a los presentes el acto (et faziendo, por cierto, referencia a no sé qué Corona catalano-aragonesa), et depositando luego una ofrenda floral con los colores del Senyal Real bajo la placa que rememora la muerte del buen don Pedro en el palacio de Vilafranca frente a la esglèsia. Fecho aquesto retornamos al punto de partida y ya por entonces notaba el obispo-escribano sensaciones poco agradables en su cuerpo que anunciaban futuros y no lejanos males. E assí fue que, vueltos ya todos a los terrenos de la Marató, cambié mis sayas obispales por mi conoscido hábito benedictino et púseme sobre los hombros mi vieja capa de lana, compartí junto a maese Assalit de Gúdal unos momentos con los vikingos del clan Hávamál en su mesa et a poco empecé a sentir en los güesos un frío de espanto, siendo presa de horribles temblores como de condenado a muerte. A partir deste momento todo fue cuesta abajo para el pobre amanuense. Salí a la campa por disfrutar un poco de las actividades, tiré con el arco con las damas de Factio Exsul, escribí un poco con los mis cálamos en el precioso scriptorium adereçado por los buenos amigos de ACHA en su pabellón pero a poco hube de refugiarme dentro del albergue porque los temblores me impedía sujetar ya nada con mis manos ateridas de frío insoportable...

Averronchado sobre el rocaje vivo de un radiador, los fuegos del Averno me parescian poca cosa para arrebatarme el frío que me acongojaba el cuerpo et me nublaba los sentidos, de tal modo que a la hora de la comida degusté a duras penas una ensalada de arroz y una cazuela de lomo con salsa de almendras (¡cómo estaría mi cuerpo para renunciar al postre, que era un exquisito lamín de chocolate et yema!) et retiréme a nuestros aposentos para dormir un poco la siesta. Tras una hora de reposo halléme algo más mejorado, por lo qual baxé de nuevo a la campa e anduve trasteando por ella de modo que aún incluso dibuxé algunos pergaminos para unos infantes que venían de tirar con el arco (infantes cuyas madres mostraban hechuras de lujuriosas ninfas catalanas, e non digo más), pero las mujeres y mi mala cabeza me fizieron olvidar mis males et tomé esa tarde segunda edición de los fríos, de modo que antes de la cena de nuevo víme arrebatado de espasmos et tembladeras como de azogue, averronchado sobre el radiador, cubierto con una manta e maldiciendo del frío, de los temblores, de Vilafranca, de la Marató y del Sursum Corda... Recuerdo haber saludado entre escalofríos a maese Galcerán de la Orden del Acero Negro, pero este punto se halla un poco neblinoso en mi memoria, cosa que el buen freyre, sin duda, no dexará de disculparme...

Antes de la cena fueron repartidos unos diplomas et botellas de cava entre los presentes por nuestros buenos amigos de Arcoflis (lo que agradecimos todos muy mucho) et luego, aunque apenas faltaba un cuarto de hora para la de completas, cenamos unos macarrones con tomate et unas albóndigas con salsa mas ya para entonces volvía yo a buscarme los sentidos porque non me los hallaba por mucho que lo intentara. Observé un extranyo ritual entre algunos de mis compañeros, que de repente se tiraban al suelo, salían a recorrer el campamento por el exterior (abriendo la puerta e provocándome más temblores) et bebían como cosacos (sobre todo los vikingos de Hávamál) mientras otros gritaban “¡GOOOOOOOOOL!” cada vez que unos mangurrianes con camiseta blaugrana corrían con los brazos en alto por una especie de pantalla que en el comedor había et una vez, inclusive, parecióme ver un culo peludo como de orangután colocándose entre ésta et los espectadores del mágico espectáculo que, a dezir de quienes lo vieron, acabó con 1-3, no sé si muertos, heridos o desmayados... Para entonces yo ya sólo quería acostarme porque las fiebres habíanme tomado de lleno et non pude quedarme al acto final, que era una celebratio nupcial entre don Agón de Montañana et su esposa donna Carmen que debía presidir pero que non me hallaba con fuerzas de fazerlo, y mucho menos en el exterior del albergue... Ceremonia que fue como sigue:

Enlace Edu-Carmen

Amados hermanos, amigos y añadidos varios...

Estamos aquí reunidos en este antro de... buena voluntad para unir a este hombre y a esta mujer, que viéndolos por lo menudo y despacico hace falta ser muy burro para pensar que no se han unido antes porque en Montañana hay mucho pajar y ya se sabe que el hombre es fuego, la mujer estopa y “por la raja de tu falda” llega el Diablo y sopla...

Pero decía que estamos aquí para unir a este hombre y a esta mujer en santo matrimonio de una puñetera vez ante Dios y esta panda de Frikis medievaloides, para lo cual es preciso que ambos manifiesten en alta voz su libre voluntad en hacerlo. Por lo cual os pregunto:

Eduardo: ¿manifiestas que es tu voluntad tomar en santo matrimonio a Carmen, libremente después de haberte librado de cadenas, esposas, cuerdas y varias amenazas de muerte?

Eduardo: “Sí, más o menos”

Y tú, Carmen: ¿manifiestas que es tu voluntad tomar en santo matrimonio a Eduardo en cuanto le apartes de la espalda la daga con la que lo has traído hasta este altar y el francotirador con ballesta apostado en el edificio de enfrente se retire?

Carmen: “Sí, a ver si tiene huevos de escaparse”

Así pues, habiendo expresado ambos contrayentes su libre elección de contraer matrimonio, pasemos a recitar los votos nupciales.
Eduardo:

¿Estás dispuesto a amar a esta mujer en lo bueno y en lo mejor, respetar sus manías, adivinar sus deseos (porque ella no te los comunicará ni por el forro), adelantarte a sus necesidades y sugerirle que el sábado por la noche (¡mira, qué coincidencia!) “toca” y está prohibido tener dolor de cabeza?

¿Estás dispuesto a tirártela... a tirarte la noche en vela atendiendo los llantos y ganas de hacer la Pascua de los hijos que Dios, Durex y Control os hagan la put... tengan a bien regalaros?

¿Estás dispuesto a hacer la compra, cocinar, hacer la colada, planchar las camisas, llevar a los niños al colegio, acompañarla de tiendas a Grancasa y a ver “Amanecer”, “Crepúsculo” y “Eclipse” en lugar de “Fuga de cerebros II”, “Conan el Bárbaro” y “El gato con botas”?

Carmen

¿Estás dispuesta a gritar cuando notes las-tres-gotitas al sentarte en el inodoro, al ver el lavabo lleno de pelos, el suelo lleno de agua, el champú sin cerrar y las cuchillas de afeitar sin recoger?

¿Estás dispuesta a cumplir la ley no escrita de que el domingo por la tarde hay fútbol y no se sale de paseo ni se admiten visitas que no traigan ganchitos y cerveza?

¿Estás dispuesta a tirártelo... a tirarte los días dándole el pecho... ¡a los niños! a los niños que Dios y los preservativos defectuosos comprados en los chinos por 60 cts. os manden?

Y ahora...

Miráos bien y decidnos: ¿Estáis dispuestos a que cada mañana, durante el resto de vuestra vida, sea ese rostro el que contempléis al despertar, sea ese cuerpo el que abracéis cuando os lo pida y sea esa persona la que ilumine vuestra alma cuando la felicidad os inunde y cuando la vida os sirva malas cartas?

Oh, Dios mío... Estáis enamorados...

Habiendo, pues, pasado la prueba definitiva y demostrado seriamente vuestra libre voluntad de uniros en matrimonio, pasemos a la imposición de anillos:

Eduardo, repite conmigo:

Carmen, con este anillo yo te tomo por esposa en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, en Hostalric y en Ciutadilla, en Monzón y en Artasona, en las Calatravas y en Teruel, todos los eventos de nuestra vida.

Carmen, repite conmigo

Eduardo, con este anillo yo te tomo por esposo en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, con cota de malla o con chapas, en el siglo XIII, en el XIV o en el XXI, de civil o de militar, todos los eventos de nuestra vida.

Por la autoridad que me confiere la Santa Madre Iglesia, ante la hermandad de Frikis Medievales Unidos, en el marco de la Marató y porque me da la gana, yo os declaro marido y mujer... Y que la Fuerza os acompañe, que os va a hacer falta.

Ego benedico vobis in nomine Patris, et Filii, et Spiritu Sancti. Amen

Puedes besar a la novia. Y sed felices, pues lo merecéis.

¡Vivan los novios!


Vilafranca del Penedés, a 10 de diciembre de 1211



Et assí, mientras me despedía de todos con lastimossa cara de perro apaleado et ante la tristeza de mis amigos Jaume de Montull et Elisa de Montserrat subía a mi cámara, noté en la entrepierna una extraña sensación como de bulto inflamado. Y era el caso que después de llevar todo el día el pantalón de los güevos colganderos que antes dige, con los pasos e patadas del desfile, la fiebre, el malestar, los temblores et las Penas de la Condenación, dime cuenta con grande alarma de que mis partes nobles habían tomado el tamaño de un melocotón maduro et non de los magros, cossa que non es la primera vegada que me ocurre mas sí con tamaña intensidad, de manera que muy bien podríaseme haber aplicado el conoscido dicho de “¡Menudos güevos tienes, ladrón!” o haber yo deducido que los actos de la Marató me los habían hinchado si non fuera el caso de que hallábame ya en un sinvivir de temblores, fiebres et sueño.

Acostéme entre delirios no sin antes tomarme otro barbitúrico para pasar la noche, vomité la cena sobre mis enseres sin que me importase ya un bledo el fazerlo, levantéme varias veces a los aliviaderos (hallando una de ellas a maese Assalit de Gúdal, quien me habló de lo mucho que la ceremonia había gustado a todos a quien enseñé -para su sorpresa y alarma- mis hinchadas partes pudendas en parte por venganza de las muchas veces que nos ha mostrado él las suyas), deliré entre sueños llamando a mi madre (que es cosa que se faze con un pie en este mundo et la puntita del otro en la tumba) pero, a pessar de todo, logré dormir más o menos seis o siete horas, despertando más aliviado aunque aún un poco tembloroso et con el melocotón más que maduro campeando a sus anchas al sur de mi generosa cintura a pessar de haber hallado calzoncillos menos cómodos pero muyto más adecuados. Sabiendo que durante la noche había descomido la cena, busqué por el suelo trazas della por pedir una fregona et limpiallo, mas non hallé dello una sola pista, por lo que deduje que sólo agua había salido de mi cuerpo, si bien non lo pensé demasiado porque eran otras mis tribulaciones.

TERCERA JORNADA

Levantéme de la cama con el cuerpo dolorido, vestí ya mis ropas de calle (pues quedaba claro que desde entonces la Marató había acabado para mí), tomé otro Ibuprofeno et baxé a la sala del comedor con la coraza negra de cuero que acompañarme suele en invierno, do desayuné un café et un lamín de bizcocho mientras todos me preguntaban por mi salud, contestando yo que me hallaba mejor que ayer pero peor que mañana. Salí luego a la campa por compartir siquiera unos últimos momentos con amigos e compañeros et aún tuve humor para dibuxar algunas palabras en mi flamante escribanía nueva, que contaba con pergaminos e libros prestados por maese Pedro Maça. Intenté ver la pantalla de los monigotes blaugranas de la noche anterior, ganado por la curiosidad, mas desconfiguré por dos veces el aparato según me dijo una dueña que cuidaba dél, assí que decidí marchar de nuevo a la campa dexando a la sennora hojeando un códice sobre asaltos e asedios que el día anterior había caussado furor entre quienes lo vieron porque entre sus páxinas andaban ciertos personajes de mejor o peor recuerdo, códice que estuve en un tris de perder por ir passando de mano en mano entre los mesnaderos...

Assí, entre unas cosas e otras, llegó la hora de la comida, de modo que degustamos una fideuá et un cazuelico de pollo relleno con jamón et queso et patatas como guarnición et de allí a poco empezamos el adereço de nuestros enseres para la partida. Paulatinamente fueron las diferentes mesnadas cargando sus caravanas, partió donna Graciela Turrión a sus posesiones en Girona acompanyada por maese Xavier Bernadí, despedímonos con tristeza los unos de los otros (excepto mis temblequeras, que me acompañaban doquiera que fuese, las hideputas, et el maldito melocotón que de momento sigue en su sitio aún agora, si bien menos lustroso) et partimos hacia Çaragoça trobando de nuevo por el camino la maldita boira en su divina fábrica de l’Albi, que non contribuyó precisamente a calmar mis fiebres... Aún, no obstante, tuvimos que dexar a maese Pedro Maza en su palacio et los enseres del carromato en el de maese Atho de Foces (a quien eché de menos, et sobre todo a su esposa donna Rocío, que non nos había acompanyado porque aún anda su marido buscando un cuello de repuesto)... et aún tras esto me esperaban a mí, a los temblores y al melocotón todavía mis buenas quince leguas hasta mis posesiones en Zufaria, llegando a mi castillo zufariense poco después de la hora de completas. Perdoné la cena, tomé otro específico para pasar la noche, me acosté y esperé a que el sueño me invadiese, cosa que no tardó en ocurrir...

Et aquesta fue para mí la Marató deste anyo de 1285. Con dolor de muelas, con fiebre, con temblores et con un melocotón entre las piernas, pero rodeado de buenos amigos et excelentes atenciones, que cuando uno anda necesitado dellas es lo mejor que se puede pedir. Et assí, en lo bueno et en lo malo, es como todo sucedió, como lo he contado et como lo seguiré faciendo si Dios me lo permite.

En el castillo de Zufaria, a 12 de diciembre de 1285, día de San Corentino.


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