Carnaval en la edad media.

¡Ay!, compañeros acheros, hoy es el día de terminar con esa mascarada e invento del demonio que llaman por ahí carnaval, las mozas con esas faldas, los mozos con esos maquillajes...válgame Dios.
Vienen a mi mente las palabras que el Pater Baudilio, cura párroco de Velilla, nos dirigía al pueblo fiel cada miércoles de ceniza.

En su plática, nos explicaba el desarrollo del carnaval a lo largo de la historia, haciendo especial enfásis en el período que comprende la Edad Media.

Era paradójico, que en una época tan inflexible en los ayunos, abstinencias y cuaresmas, y con persecuciones a quienes no respetaban las normas religiosas, renaciera el carnaval.

En el pueblo, se celebraban juegos, banquetes, bailes y diversiones, chanzas, burlas; todo ello alimentando bien el buche con merienda y bebienda.

Así, se enfrentaba uno mejor a la abstinencia con el cuerpo bien fortalecido y preparado para la cuaresma, que hoy comienza.

y mirad, amigo Celestino, a lo que hemos llegado hoy dia. Perversion y desproposito total. A donde iremos a parar.

P.D perdon por lo de mirad pues se que os quedasteis sin el don de la vista

Ya lo escribió mui bien el Arçipreste de Hita don Juan Ruiz en su Libro del Buen Amor, que en él se refleja mui lindamente la pendencia que hobo don Carnal con donna Quaresma et cómo aquesta venció sobre aquél en la lucha...

Açercándose viene un tiempo de Dios santo,
fuime para mi tierra por folgar algún rato,
dende a siete días era Quaresma tanto
puso por todo el mundo miedo e grand' espanto,

Estando a la mesa con don Jueves Lardero,
truxo a mí dos cartas un ligero trotero,
desirvos he las notas, ser vos tardinero,
ca las cartas leídas dilas al mensagero.

«De mí, Santa Quaresma, sierva del Salvador,
enviada de Dios a todo pecador,
a todos los arçiprestes et clérigos con amor,
salud en Jesu Christo fasta la pasqua mayor.

Sabed, que me dixieron, que ha çerca de un año,
que anda don Carnal sañudo muy estraño
astragando mi tierra, fasiendo mucho daño,
vertiendo mucha sangre de lo que más me asaño:

Et por esta rasón en vertud de obediençia
vos mando firmemente so pena de sentençia,
que por mí e por mi ayuno e por mi penitençia,
que lo desafiedes con mi carta de creençia.

Desidle de todo en todo, que de hoy siete días
la mi persona mesma, e las compañas mías
iremos pelear con él, e con todas sus porfías,
creo que se me non detenga en las carneçerías.

Dadla al mensajero esta carta leída,
liévela por la tierra, non la traya escondida,
que non diga su gente, que non fue aperçebida:
dada en Castro de Ordiales, en Burgos resçebida.»

¡Ah, que bonitos versos nos facilitas para su paladeo y deleite, Maese Monfort de Zufaira!

Senyor Naulelfo, en estos cuarenta días, hasta que Jesús entre de manera gloriosa en Jerusalem, rogaremos a los cielos, para que deje de alabar ídolos del bosque i otras deidades de cuestionable piedad.


Aquí Ruben Darío, nos regala unas preciosas letras, dedicadas a las Carnestolendas.


Con la armonía te encantas
de las rimas de cristal,
y deshojas a sus plantas,
un madrigal.

Piruetea, baila, inspira
versos locos y joviales;
celebre la alegre lira
los carnavales.

Sus gritos y sus canciones,
sus comparsas y sus trajes,
sus perlas, tintes y encajes
y pompones.

Y lleve la rauda brisa,
sonora, argentina, fresca,
¡la victoria de tu risa
funambulesca!

Bellas palabrasque forman magníficos versos circulan en este tema maese.....